Existen tal
vez, más de mil situaciones que uno no es capaz de captar, perseguir o
mantener. La insuficiencia o la cobardía muchas veces se funden en sólo una.
La
vida esta llena de heroísmo, siempre en los rincones más oscuros. Lo verdadero
se convierte en lo comprobable y lo comprobable… cercano al fraude.
Hoy se me
hace difícil distinguir muchas realidades, situaciones merecedoras de tacto,
cuidado, quietud… la pasión y el hambre de amor, muchas veces confunden y hacen
reaccionar lo más bajo de mi instinto.
Hoy no sé decir, no sé saber.
Veo
imágenes sucesivas de personas que no saben mentir, que no saben matar con la
mirada a nadie que los lastime. Son personas hermosas, simples, que lo único
que aspiran es obtener lo necesario para sonreír cada día.
Para vivir día a día.
Cómo este niño:
Sus manos
temblaban. No sabía comunicar sus ideas claramente. Inspiraba lástima y
resignación.
Tiritaba, aún. Ojos había posados sobre él… los sentía..
Pronunciaba
lento y con dificultad. Ojos que tal vez en un atisbo de quietud, quisieron
aliviarle. Ojos, siempre ojos.
Gestos… simpáticos
y patéticos tics que definían el discurso, lo enmarcaban.
Él mismo se
incorporaba, pedía disculpas, reía.
Simple. Pícaro. Sincero. Ágil con pocos.
Lento… audaz.
¿Cómo logra
uno, mayor, obtener lo que desea? ¿Cómo, entonces, lo hace un niño?
Un niño
cuyos deseos (tal vez) son mas accesibles, menos conflictivos y muy, si,
arraigados a sí mismo.
El valor y el empuje de personalidades así, hacen que uno aprenda a admirar y a mirar con humildad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario