En la
oscuridad, vos y yo somos los mismos. En esta distancia que nos une mucho
más de lo que nos aleja, en este hablarnos así, tan lento, este esperarnos para
ver si nos vemos sin vernos y sin embargo viendo tan claro...
Caminamos
de la mano, a la orilla de este mar de palabras, acariciándonos con frases y
poemas. Sin más contacto que el deslizar de dedos sobre el teclado y sin más
vista que la fuente que elijas para seducirme…
Sé que
sabes que hay dentro mío, porque vivo
caminando como libro abierto, de fácil lectura… sin demasiadas vueltas.
De vos, que me lees, imagino tu cara, tu expresión… incluso que sentís al descifrar
mis garabatos. Y a veces no quisiera conocer más. No quisiera perder este
encanto, este hechizo mágico que hizo de la coincidencia un regalo y hasta tal
vez esa respuesta a la pregunta que una se hace cada día…
¡Son tan frágiles los
vínculos con las personas! ¡Tan maleable el afecto que se profesan diariamente!
…
Me deleita
saber que estas ahí, leyéndome de ese lado.
Que yo haya dejado la ventana abierta de este torpe corazón para que espíen,
con esta esperanza infantil, de que alguien pueda sentir ternura y esa tonta
necesidad de cuidarme. Es adrede y hasta calculado. Y corro un gran riesgo con
esto, porque me dejo vulnerable con el mundo. ¿Y sabes qué? A veces el mundo es
cruel y desconsiderado. Incluso peca de soberbio y saca conclusiones
apresuradas. Y trato que no importe, porque estoy decidida a hacer este mundo
más sincero y sensible. Más compasivo y empático. Porque con todo el corazón
quisiera que las personas se tomen más tiempo para mirarse a los ojos y los
cierren cuando abracen a la persona que quieren. Que hagan más pausas al
hablar, para que demos tiempo al otro a acomodarse a nosotros. Que sonriamos al
desconocido y le brindemos siempre una palabra amable.
Una palabra amable.
¡Y
reconozco que es tan utópica mi esperanza!
Supongo que mientras más seamos los que hablemos, así claramente de lo
que nos pasa, será cada vez menos raro, cada vez más fácil, nos saldrá solito.
Somos un universo cada uno de nosotros y ¡estamos tan llenos de matices que
negamos! Nos mezquinamos tanto de nosotros mismos por no animarnos a ver…
“la
verdad nos hará libres” dijo un hombre hace dos mil años… y todavía no
entendemos.
¡¡¡Adicto
planeta adolescente en abstinencia!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario