lunes, 29 de julio de 2013

Es un Secreto.


Les voy a contar una historia.

Pero van a tener que prometerme suma discreción, las personas involucradas se verían seriamente afectadas si llegara a sus oídos. Por supuesto, voy a cambiar los nombres, pero es tan particular que de todas formas lo notarían.

Los hechos suceden para una razón. Buena o no.
Si un hombre fiero, hace muchos años, no se hubiera enamorado locamente de una nena…
O si por algún momento hubiera sido correcto y responsable en sus actitudes y se hubiera mantenido alejado…
O si tan sólo se hubiera detenido antes de violarla…
O si tal vez, hubiera sido más feroz o incluso más violento…
 O tal vez sí no se hubiera escapado después del cruel acto…
O si tal vez la nena no se hubiera sentido unida a él por aquella “pecaminosa” situación…
O quizás, de no haberlo seguido a través del país para ocultar su vergüenza al haber sido desvirgada (por qué prefería quedarse con el violador que enfrentar la paliza de su padre), solo para guardar las formas…
O tal vez, por su mismo empecinamiento, no le hubiera dado cuatro hijas…
Y sí -tan sólo- tal vez, sus hijas no hubieran heredado la pasión y terquedad que aquellos dos compartieron a lo largo de tantos años…
O quizás si alguna de ellas no hubiera sido tan hermosa…
De hecho, si un hombre no se hubiera enamorado de una de ellas, y si esa misma mujer no lo hubiera rechazado y herido en lo más profundo de su orgullo…
 Y si él no hubiera querido vengarse seduciendo y casándose con una de sus hermanas…
 O si tan sólo, el hombre nunca hubiera confesado su falso amor…
 Si tan sólo hubiera callado…
 O si lo hubiera confesado muchos años después, cuando esta mujer ya hubiera criado sus propias hijas…
 O si la mujer hubiera sido más compasiva y no hubiera descargado sus frustraciones con las nenas…
O si tal vez, las nenas se hubieran criado en un ambiente contenedor y no en uno tan falto de cariño, abrigo o alimento…
O si tal vez, en lugar de cariño en sus vidas, buscaran dinero o fama…
O si tal vez hubiera, una de ellas en particular, recibido un poco más de cariño que una paliza correctora cada tanto…
O si tal vez, no hubiera tenido que trabajar desde chiquita y estar habituada a andar por los trenes…
 O si tal vez no se hubiera quedado tan embobada al conocer aquel muchacho…
O si tal vez hubiera sido instruida en el arte del amor y sus consecuencias…

 Si tan sólo uno de todos esos enredos, hubiera ocurrido de manera diferente, yo no habría nacido.



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