Les voy a
contar una historia.
Pero van a
tener que prometerme suma discreción, las personas involucradas se verían
seriamente afectadas si llegara a sus oídos. Por supuesto, voy a cambiar los
nombres, pero es tan particular que de todas formas lo notarían.
Los hechos
suceden para una razón. Buena o no.
Si un
hombre fiero, hace muchos años, no se hubiera enamorado locamente de una nena…
O si por algún
momento hubiera sido correcto y responsable en sus actitudes y se hubiera
mantenido alejado…
O si tan
sólo se hubiera detenido antes de violarla…
O si tal vez,
hubiera sido más feroz o incluso más violento…
O tal vez sí no se hubiera escapado después
del cruel acto…
O si tal
vez la nena no se hubiera sentido unida a él por aquella “pecaminosa”
situación…
O quizás,
de no haberlo seguido a través del país para ocultar su vergüenza al haber sido
desvirgada (por qué prefería quedarse con el violador que enfrentar la paliza
de su padre), solo para guardar las formas…
O tal vez,
por su mismo empecinamiento, no le hubiera dado cuatro hijas…
Y sí -tan
sólo- tal vez, sus hijas no hubieran heredado la pasión y terquedad que aquellos
dos compartieron a lo largo de tantos años…
O quizás si
alguna de ellas no hubiera sido tan hermosa…
De hecho,
si un hombre no se hubiera enamorado de una de ellas, y si esa misma mujer no
lo hubiera rechazado y herido en lo más profundo de su orgullo…
Y si él no hubiera querido vengarse seduciendo
y casándose con una de sus hermanas…
O si tan sólo, el hombre nunca hubiera
confesado su falso amor…
Si tan sólo hubiera callado…
O si lo hubiera confesado muchos años después,
cuando esta mujer ya hubiera criado sus propias hijas…
O si la mujer hubiera sido más compasiva y no
hubiera descargado sus frustraciones con las nenas…
O si tal
vez, las nenas se hubieran criado en un ambiente contenedor y no en uno tan
falto de cariño, abrigo o alimento…
O si tal
vez, en lugar de cariño en sus vidas, buscaran dinero o fama…
O si tal
vez hubiera, una de ellas en particular, recibido un poco más de cariño que una
paliza correctora cada tanto…
O si tal
vez, no hubiera tenido que trabajar desde chiquita y estar habituada a andar
por los trenes…
O si tal vez no se hubiera quedado tan
embobada al conocer aquel muchacho…
O si tal
vez hubiera sido instruida en el arte del amor y sus consecuencias…
Si tan sólo uno de todos esos enredos, hubiera
ocurrido de manera diferente, yo no habría nacido.
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