Yo encuentro en tus ojos,
esa inocencia de lo eterno.
Y la furia del desamor.
La rabia de lo desconocido.
Y el aliento de la Fé.
Vi tus lágrimas asomarse con las mías. Sentí tu abrazo
sin tocarme. Y vi también la distancia de tu recuerdo.
Encontré tu valor ante el
compromiso y tu responsabilidad ante la vida. Vi tu corazón anestesiado, y tu
alma desperdiciando despedidas. Reconocí tu dolor como propio.
Te vi entrar agazapado y
lleno de dudas. Sin reconocerme y buscándome. Me vi en tu memoria y te sentí Hombre.
Compartimos tu historia, con el sol en nuestras caras.
Con los silencios del
respeto.
Existe desconcierto y admiración en nuestra compañía, con una sonrisa
descubro el alivio de lo puro.
“Si nos hubiéramos conocido antes…”
Nos
conocimos antes, pero es la primera vez que nos encontramos.