viernes, 23 de agosto de 2013

La Belle Époquê


 ¿Puede ser el paraíso tan nefasto? 
Si a pesar del tiempo y los odios, estoy con vos y me río. 
Te miro y nos conozco tanto. Y hay algo en medio de todo eso, algo que no sé muy bien con qué tiene que ver.
Quizás con alivio, quizás con descanso, quizás con Perdón.
Algo que tiene que ver con familiaridad.
Porque conoces mi cuerpo tan bien, y mi alma mucho más. Porque me adivinas el pensamiento y me dejas bailando.
Porque mis culminaciones con vos son definitivas, porque no importa como estemos o que seamos, hay un vínculo fuerte, un equipo aquí.
Y siento muchas cosas, muchas tan calmas. Tantas ganas de hablarte, de tenerte en mí un poco.
Y es loco, y no tanto. Porque has sido mío (y ya no) Nuestras manos, y piel se entienden perfecto. Pero más se entienden nuestros ojos, en nuestro silencio.
Dormí, no me molesta. Usa tu tiempo, yo uso el mío. Somos libres en este encuentro, que no durará más que un paréntesis. Hasta que los planetas se alineen, una vez más.
¿Qué te digo? ¿Hasta luego?
Si mi vida es tan esporádica… tan corrida, tan volátil.
Nada de mi te asusta, más que yo misma.
A beautiful mess.
Hay siglos de complicidad aquí, incluso en nuestras guerras.
Me pregunto, ¿Cuántas veces te habré elegido? ¿Cuántas veces la gente no ha entendido?
Es tan rara, tan excéntrica nuestra unión…
Hace rato que deje de ser una niña… y sin embargo… (Somos reincidentes en esta historia)
He roto mil reglas, también vos, lo sé.
Traes el infierno y el paraíso en tus manos. Y tanto te he odiado y tanto te he amado.
Un profundo entendimiento, un profundo respeto, un cariño sin par.

Un amor de época.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario