jueves, 14 de noviembre de 2013

Sí la historia es escrita por los que ganan...

Sé que me he detenido, a mirarme simplemente. A tratar de digerir las cosas que me han pasado en el ultimo tiempo y considero que ha sido suficiente.
En mis soledades he encontrado siempre la fuerza para cambiar mi en rededor… no la he encontrado últimamente.
>>>Ando caminando sobre la anestesia de mi ser, sosteniéndome por la eternidad de  mi esencia.
Con esa estática que me “presta” la sabiduría, en medio de mis pasiones siempre he logrado avanzar hacia una empresa más o menos descabellada… pero siempre distinta.
Hoy por hoy, ando como ameba, tratando de curar una decepción profunda.
Una pasión muerta que ha dejado un duelo grande. No me siento rota, ni vacía. Simplemente me siento quieta.
La quietud es una gran arma de doble filo, porque trae calma. Trae paz.
Y honestamente, me siento calma, no estoy nerviosa… pero… ¿¿eso es vivir??
-Extraño mi Fuego-

Me he alejado del mundo todo lo que pude, me volví huraña y hasta desinteresada en  mi contexto. Y me dejo ganar de antemano. Todavía no logro accionar las teclas necesarias para que  mi vida sea lo que… me mueve.
He aprendido con tristeza y dolor que nadie en el mundo te completa o te fracciona. Sólo es uno mismo creyéndolo.
Así como no importa lo que pasó. Importa lo que creemos que paso. Lo que nos han contado, lo que se repite, tanto hasta perder el sentido, hasta transformarlo en realidad.
Estoy opaca y algo seca.
Envuelta y súper envuelta en mi. Porque no quiero ser tocada.
Porque me destroza la exposición. Porque soy mas débil de lo que puedo aceptar.
Ya no peleo. NO busco en mi, ese valor del sacrificio… no encuentro la pasión.
Como pasa de uva camino, en pos de encontrar mi centro.
Es un silencio emperrado el mío, es un eco de voces lastimeras y mortíferas. Que se arremolinan en mí, para aislarme de la realidad.
Es instinto de autoprotección.
Si escribo esto, es porque hay una parte mía que desea romper el cascaron, que yace inquieta mirando los límites, y está a punto de gritar.
No quiero ser recordada en el mismo lugar que todas.
Prefiero el olvido.
El vacío absoluto.
No quiero grandes glorias, prefiero el silencio. El silencio es más sagrado que la devoción. El secreto no muere jamás.
Los secretos son susurrados por los espíritus que rodean a las personas, es un murmullo que pasea en el viento. Es un olvido cargado de memorias. Son sensaciones que no han muerto ni morirán.
Porque en la normalidad, me siento infantil. Pequeña y estúpida.
No quiero el lugar de otros, no quiero las palabras de otros, me niego a resurgir ante la deshilachada línea cronológica de alguien.

Prefiero no ser mencionada jamás-

Hay gran amargura en ciertos recuerdos, y ya no quiero llevarla conmigo.
Amargura, ¡Te libero! A partir de hoy voy a limpiar mis pérdidas con palabras de miel que he de repetirme hasta el cansancio.
Con palabras de azúcar que me regalaran una historia diferente.
Con palabras de caramelo llena de sonrisas de cuentos de hadas.
Y será perfecto.
Y pasará a mi libro de amores feroces, donde la princesa es guerrera y siempre se salva a sí misma.
Porque  no importa lo que ha pasado. Importa lo que nos cuentan.
Yo tengo las palabras, tengo el don para darme una visión diferente. Yo puedo cambiar mi historia.

Yo te puedo contar, lo que quiero escuchar. 




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