Sé que me he detenido, a mirarme simplemente. A tratar de
digerir las cosas que me han pasado en el ultimo tiempo y considero que ha sido
suficiente.
En mis soledades he encontrado siempre la fuerza para
cambiar mi en rededor… no la he encontrado últimamente.
>>>Ando caminando sobre la anestesia de
mi ser, sosteniéndome por la eternidad de
mi esencia.
Con esa estática que me “presta” la sabiduría, en medio de
mis pasiones siempre he logrado avanzar hacia una empresa más o menos
descabellada… pero siempre distinta.
Hoy por hoy, ando como ameba, tratando de curar una decepción
profunda.
Una pasión muerta que ha dejado un duelo grande. No me
siento rota, ni vacía. Simplemente me siento quieta.
La quietud es una gran arma de doble filo, porque trae
calma. Trae paz.
Y honestamente, me siento calma, no estoy nerviosa… pero… ¿¿eso
es vivir??
-Extraño mi Fuego-
Me he alejado del mundo todo lo que pude, me volví huraña y
hasta desinteresada en mi contexto. Y me
dejo ganar de antemano. Todavía no logro accionar las teclas necesarias para
que mi vida sea lo que… me mueve.
He aprendido con tristeza y dolor que nadie en el mundo te
completa o te fracciona. Sólo es uno mismo creyéndolo.
Así como no importa lo que pasó. Importa lo que creemos que
paso. Lo que nos han contado, lo que se repite, tanto hasta perder el sentido,
hasta transformarlo en realidad.
Estoy opaca y algo seca.
Envuelta y súper envuelta en mi. Porque no quiero ser
tocada.
Porque me destroza la exposición. Porque soy mas débil de lo
que puedo aceptar.
Ya no peleo. NO busco en mi, ese valor del sacrificio… no
encuentro la pasión.
Como pasa de uva camino, en pos de encontrar mi centro.
Es un silencio emperrado el mío, es un eco de voces
lastimeras y mortíferas. Que se arremolinan en mí, para aislarme de la
realidad.
Es instinto de autoprotección.
Si escribo esto, es porque hay una parte mía que desea
romper el cascaron, que yace inquieta mirando los límites, y está a punto de
gritar.
No quiero ser recordada en el mismo lugar que todas.
Prefiero el olvido.
El vacío absoluto.
No quiero grandes glorias, prefiero el silencio. El silencio
es más sagrado que la devoción. El secreto no muere jamás.
Los secretos son susurrados por los espíritus que rodean a
las personas, es un murmullo que pasea en el viento. Es un olvido cargado de
memorias. Son sensaciones que no han muerto ni morirán.
Porque en la normalidad, me siento infantil. Pequeña y estúpida.
No quiero el lugar de otros, no quiero las palabras de
otros, me niego a resurgir ante la deshilachada línea cronológica de alguien.
Prefiero no ser mencionada jamás-
Hay gran amargura en ciertos recuerdos, y ya no quiero
llevarla conmigo.
Amargura, ¡Te libero! A partir de hoy voy a limpiar mis pérdidas
con palabras de miel que he de repetirme hasta el cansancio.
Con palabras de azúcar que me regalaran una historia
diferente.
Con palabras de caramelo llena de sonrisas de cuentos de
hadas.
Y será perfecto.
Y pasará a mi libro de amores feroces, donde la princesa es
guerrera y siempre se salva a sí misma.
Porque no importa lo
que ha pasado. Importa lo que nos cuentan.
Yo tengo las palabras, tengo el don para darme una visión
diferente. Yo puedo cambiar mi historia.
Yo te puedo contar, lo que quiero escuchar.
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