Vámonos, libro amante, a la cama.
Dejame deshojar tus misterios, uno a uno y con metódica
fascinación.
Dejame invadir tu espacio, tu mundo, tus leyes.
Dejame cuestionarte, exigirte, probarte.
Quiero gastar cada página, dejando tu tinta en mis dedos,
dejando tus palabras tatuadas en mí.
Permíteme que te exponga, que te muestre. Que te defienda de
otros.
Quiero sumar adeptos a tu gloria, quiero compartir ese volar
en tu abismo.
En esa oscuridad del silencio que traen los murmullos de tus
voces.
Con tu esquizofrenia y la mía.
Dejame investigarte y suponer. Adivinarte y equivocarme.
Envíciame hasta el alma toda, cuando con tu apertura no me
permitís soltarte, llegando al alba en tu abrazo.
Métete en mí y buceá en mi sangre. Pateá otras ideas,
llename de color.
Transportame, seducime, invitame.
Peleemos con vorágine y apuro, en esta espiral de lector y
leído.
Llename los ojos de primaveras, otoños, llename de aromas,
llename de ruidos.
Arrastrame.
Ya mis manos buscan con ansiedad, tenerte para mi. En la
profunda noche, cuando todos duermen y nosotros nos amamos.
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